Como autora de ‘Memorias de Una Sirena’, mi primera incursión en el mundo de la literatura erótica, he tejido una historia que refleja mi propio despertar y aceptación. Sirena, la protagonista, es un reflejo de mi valiente viaje al reconocer y abrazar mi amor por las mujeres, un eco de mi realidad que he plasmado con sinceridad en estas páginas.
Ángel es un personaje compuesto por las huellas que personas queridas, incluyendo familiares y parejas pasadas, han dejado en mi vida. He dividido la esencia maternal de mi propia madre en dos personajes, Arwen y Alanís, cada una capturando diferentes facetas de su comprensión y fortaleza.
Aunque gran parte de mi elenco surge de la ficción, Kelly, Tobías y Hera están inspirados en personas reales que han sido faros de luz en la oscuridad, apoyándome en mis peores momentos.
La trama de mi novela nace de las cenizas de una relación pasada, una mezcla de sentimientos de amor profundo y traición dolorosa. Al prometerme el cielo y desvanecerse gradualmente, me sumió en un abismo, del cual me costó tiempo y esfuerzo salir. Fue la escritura de este libro lo que me ofreció un camino para sanar, una vía para reconstruirme y encontrar la luz nuevamente.
En el proceso de dar vida a esta obra, enfrenté desafíos que probaron mi resiliencia: lágrimas incesantes, la frustración de perder borradores por fallos tecnológicos y noches de insomnio por la determinación de terminar lo que había empezado. Sin embargo, cada obstáculo me enseñó valiosas lecciones de perseverancia y fe en uno mismo.
Mis anécdotas incluyen risas y lágrimas, como las llamadas a editoriales que no estaban familiarizadas con mi género literario, hasta el momento en que, mirando mi tatuaje de un ave fénix, me sequé las lágrimas y me prometí registrar mi trabajo, y resurgir de mis “cenizas”.
Es gracias a Editorial Letras Vivas que mi sueño de publicar ha cobrado vida, brindándome una plataforma para compartir mi voz y mi historia. Con esta novela, aprendí que quien lucha por sus sueños con valentía, alcanza sus deseos; y quien teme a su propia esencia, jamás encontrará la verdadera felicidad